A medida que las hojas cambian y las temperaturas comienzan a bajar, la temporada de gripe comienza a hacer notar su presencia. Pero, ¿por qué la gripe abunda en los meses de otoño e invierno?
Varios factores contribuyen a este aumento estacional de los casos de gripe:
- Temperaturas más frías: las investigaciones muestran que el virus de la influenza tiende a sobrevivir y propagarse más fácilmente en aire más frío y seco. El aire frío también seca las membranas mucosas de la nariz y la garganta, lo que facilita la entrada de virus a nuestro sistema respiratorio.
- Reuniones en interiores: a medida que bajan las temperaturas, la gente tiende a pasar más tiempo en interiores. Esta proximidad en espacios compartidos (como aulas, oficinas y transporte público) crea un entorno ideal para que el virus se propague.
- Respuestas inmunitarias más débiles: algunos estudios sugieren que los meses más fríos pueden provocar una ligera caída en la eficacia de nuestro sistema inmunológico, lo que puede hacernos más susceptibles a infecciones como la gripe.
- Baja humedad: Los sistemas de calefacción interior crean ambientes de baja humedad, lo que permite que los virus de la gripe permanezcan en el aire por más tiempo y se propaguen más fácilmente.
A medida que nos acercamos a la temporada de gripe cada otoño, considere tomar medidas preventivas como vacunarse contra la gripe, mantener una buena higiene y estar atento a los entornos de contacto cercano. Estos sencillos pasos pueden marcar una gran diferencia para mantener a raya la gripe durante los meses más fríos.
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